La pintura electrostática, también conocida como pintura en polvo, es una excelente alternativa para el recubrimiento de piezas metálicas y plásticas, pues a diferencia de las pinturas tradicionales líquidas, evita que se formen burbujas en la superficie y escurrimientos ofreciendo un acabado más uniforme. La pintura electrostática también tiene características físicas muy superiores a las pinturas tradicionales. Además son altamente ecológicas ya que es posible recuperar la pintura que no se aplique y evitar desperdicios.
Todo producto que sale a la venta tiene una cualidad estética importante. Cómo luce y cómo se siente al contacto son las dos características de este factor. Y algo que importa a cualquier empresa es que la pintura de sus productos mantenga su durabilidad, calidad y estética por largo tiempo.
La pintura electrostática tiene mayor durabilidad que la aplicada por otros métodos. Además es una buena capa protectora para el material debajo la capa de pigmento. Su aplicación permite un acabado ideal, de alta calidad, que no se desgasta fácilmente.
Su forma de aplicación, las instalaciones usadas, y la tecnología requerida, hacen del proceso uno muy seguro. Así no daña al medio ambiente con contaminantes, ni mucho menos pone en riesgo la salud: ni la de quienes se encargan del proceso, ni de aquellos que entran en contacto con el producto terminado después de la pintura electrostática.
La tecnología requerida es muy especializada: bandas de transporte aéreo, horno especial, pistolas de pintura, etc. No obstante, cuando se cuenta con ello y se tiene a un equipo de expertos, el proceso es bastante ágil.
Asimismo no se complica en relación con relieves, cortes, grabado, ni otros detalles. Por tanto es un proceso ágil, que beneficia a cualquier industria que lo necesite con calidad y tiempos de entrega rápidos.
Esto importa tanto por la satisfacción de los clientes, como por la reputación de la compañía. Por ello es que la pintura es uno de los elementos más importantes al trabajar con cualquier material, y el metal no se queda atrás.
En los metales ferrosos y no ferroso, los trabajos de pintura tradicional no son lo mejor. No son malos, simplemente existe una mejor alternativa, que es mejor en todos los aspectos: la pintura electrostática.
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